Siguiendo con los actos conmemorativos del 50 aniversario, ayer volvimos a reunirnos para asistir a la Mesa Redonda que coordinó Angel Ruiz-Moyano, quien hizo una pequeña introducción y posteriormente pasó a presentar a cada uno de los participantes en la misma.
El primero en intervenir fué D. Rafael Ayala, sobrino del Padre Angel Ayala, precursor de la barriada. Hizo una exposición de la trayectoria del Jesuita en Ciudad Real, de su enorme generosidad y entrega a los mas desfavorecidos de su propio entorno, no solo creando la barriada, sino donando terrenos para la construcción del colegio de los SAlesianos.
Posteriormente, Dña. Carmen Sancho nos habló "desde el corazón" , de lo que supuso para ella colaborar con las "monjas" y agradeció todo lo que le aportaron tanto las monjas como las personas del barrio, que aunque humildes, le trasmitieron valores y vivencias de enorme importancia que la hicieron crecer como persona.
Tomó el relevo nuestra compañera Magdalena Rodriguez, quien hizo un emotivo recorrido desde su infancia hasta ahora, que como profesora valora mucho mas la labor educativa que realizaban las "monjas" en aquellos duros tiempos. Sin necesidad de decretos ni ordenes educativas, las monjas tenian muy claro que su objetivo prioritario era luchar por la dignidad de las personas, sin ningún tipo de discriminación y colaborar en el desarrollo integral de todas las capacidades de aquellos niños y niñas, inculcando en ellos el espiritu de superación, esfuerzo e ilusión para alcanzar su sueños. No es extraño que sienta esa enorme admiración y respeto especial por ellas.
La intervención de D. Santiago Malagón, como ex alumno del colegio fué en la misma linea de afecto y admiración. Recordó como las monjas eran parte de sus familias, unas vecinas con las que siempre podian contar y como dieron vida al barrio. Con inmenso cariño relató divertidas anecdotas y reconocío con tristeza, que desde que el barrio se desmanteló, los vecinos ganaron en condiciones de vida, muy merecidas, pero tambien perdieron mucho al separarse de sus "monjas".
Cerro la ronda de intervenciones la Franciscana Antonia Barrilero, quien nos hablo del carisma de su congregación y la labor que realizaron en la barrida, pero con la mirada puesta en el futuro, donde seguro que su trabajo sigue siendo apreciado porque las necesidades de las personas continúan siendo las mismas aunque las condiciones de vida hayan variado tanto.
