Mis queridas hermanas Franciscanas de la Misericordia:
Lamento no poder estar con vosotras, por causa de fuerza mayor, en este día de gozoso aniversario de vuestra presencia en nuestra querida Diócesis de Ciudad Real y muy fielmente desde sus comienzos al servicio del barrio desde vuestro colegio, tan ligado para siempre a la Parroquia de San Juan de Ávila.
Cuando un matrimonio cumple 50 años de casados celebran, en primer lugar, su amor recíproco que ha sido el motor de la convivencia y de la vida entera realizada día a día en el transcurso de muchos, muchos años.
Celebran también su fidelidad, han sido el uno para el otro y ha podido haber toda clase de dificultades pero todas se han sabido superar por esa conciencia de pertenecerse mutuamente.
Celebran haber llegado y como buenos cristianos dan gracias a Dios por esos cincuenta años que les ha regalado, por haberlos cuidado y protegido.
Pues bien, a este aniversario también le podemos llamar “Bodas de Oro del Colegio San Francisco de Asís” pues el Amor de Dios a los Hombres, en este caso, varones y mujeres de nuestro barrio en Ciudad Real, se ha concretado a través de las Hermanas que relevo tras relevo han permanecido en la tarea, como muy bien decís vosotras: “amando, educando y sirviendo con ternura”. Efectivamente la ternura de Dios se hace presente en las oleadas de niñas y niños que han pasado por el colegio, pero también en toda la entrega y dedicación que habéis sabido hacer con jóvenes, adultos, ancianos y enfermos del barrio.
¿Quién puede dudar en el barrio del Amor de Dios? Para poder ser fiel, el Amor y la entrega han de ser gratuitos, sin buscar interés o ventaja y vosotras os habéis dado a la gente sin pedir nada a cambio, en pobreza, castidad y obediencia; quiero decir, siendo religiosas, personas consagradas a Dios al servicio de los demás desde la enseñanza como vocación central de la Congregación de Franciscanas de la Misericordia.
Siento que sea a través de una carta como tenga que expresar mi agradecimiento en nombre de la Iglesia Diocesana de Ciudad Real, pero así dejo testimonio escrito de lo que todos sentimos hoy.
Así pues con palabras de San Pablo, en el año bimilenario de su nacimiento, podemos decir con toda intensidad: “Doy gracias a Dios sin cesar por vosotras, a causa de la gracia de Dios que os ha sido otorgada en Cristo Jesús, pues en él habéis sido enriquecidas en todo, en toda palabra y en todo conocimiento, en la medida en que se ha consolidado entre vosotras el testimonio de Cristo” (1 Co 1,4)
Pido al Señor en este día que os bendiga, os guarde y os de su paz y que cumpláis en el barrio muchos más. A por los cien
+ Antonio Algora
Obispo prior de Ciudad real
1 comentario:
A ver por qué no vino con lo bien que nos lo pasamos a la entrada y la salida de misa fue cada momento inolvidable para los antiguos alumnos ver como sigue este cole adelante con todas las dificultades que se le ponen por medio...
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